Belleza

Son terribles las ganas de mirar.

Como el alcohol y el humo de cigarro empañan lo evidente, lo que te presentan los animales.
La belleza se presenta como sugeriencia, como petición infinita, pero calmada y seca, para verla, pero no comerla.

Y ¿cómo puedo negar las ganas?.
Para ser parte del grupo, embriagarse de su copia, su falsificación caótica.

Ya sabes ya.

Los suspiros son eternos, la piel se regenera, así que...démosle un rato más.

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