¿Cuánto tiempo nos miramos los ojos?

Cuanto tiempo se me quemaron los calcetines, levantada de pie, en frente del espejo sucio, quería encender un puro, de puro aburrida del día, de las calores, de los buses aislados, las jornadas adornadas con nieve, con verde y rojo .Me saliste con magia en el bolsillo, los espacios vacíos de navidad, las guindas, las ganas de vomitar, las amigas embarazadas, mi pelo que no crece, el mantenimiento de las cortinas, las ganas de impresionarme: amigo bonito, eres tan azúl, sin dejar de ser anaranjado, excitante como González en el Corazones, tranquilo como mi cuerpo.

Le dije mesa para que llorara

Le dije: "mesa", para que llorara.
Entonces, a veces la gente no se compara consigo misma, sino que frena en los demás.
A veces es complicarse en vano, y mentir en trozos.
Otras no vale, algunas carece, y las restantes; te empuja.
Empujame otra palabra, respira unos puntos y corre.

Corre en marcas extraordinarias, se puede, no se puede, se puede.
El hankido, el voleibol, el pin-pon y un poco de abstracciones.
A veces duele, pero siempre sudas y te deformas, siempre.

Acaba en mí,
no así,
en mi continuación,
dejenerado un poco,
y la tv como fondo de tu nacimiento,
por MTV en noches calurosas en pleno apogeo.

No se dibujar con letras.