Camino mil

Yo quice que no quisieras más, es mas, te quice esperar, ¿pero vencer?

Entonces, en la mejor de las esquinas francesas, las zapatillas rojas, (como lo interminable)

Las metáforas, que van sin como, para darles brillo, para darles sentido.

El amor, que vive con nosotros dentro de cada metro y transantiago,
dentro de las miradas dormidas,
auxiliadores,
eternas,
poco vagas,
tuyas, mías,
de ninguno,
se encuentran,
se miran.

Y recuerdo que no hay para qué, no hay más que gatos.
De techo en techo,
de cama en cama,
de barco en barco,
se mecen, se callan, se apagan,
para, cual pendejos, reirse de las caídas, tomar y besar manos,
que no son,
que no existen.

Eso pensé de día, mientras bailaba en espera, en caída, de madrugadas eternas,
de panes sin sal,
de dias completos,
nauseabundos,
pálidos,
esperan, esperan, aúllan..

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