Desármalo

La cama se desarma entre las sabanas y esconde pies que no caben en mis alas.
Uy, un cadaver exquisito.

Yo creo en la ley de mi indiferencia, rozo mis piernas con la comunión insignificante del respeto humano, y me carga latín.
Pensabamos que las universidades podrían desnutrir nuestra insignificancia comunicacional y enseñarnos a tejer a las mujeres, pero no, me encontré con evángelicos y criterios descoloridos que no me hacían pensar de forma crítica, ni sentir con orgullo los lentes en mis pómulos, me hacían analizar.

Y psicoanalizar es como mentir pero mas musical, y en ese intercambio me pareció que podía andar en bicicleta para siempre, y se necesita ese desorden.
Yo lo llamo problema mágico comunicacionel de primera entre montones de juguetes en una de mis navidades pasadas.

Ya no me dan miedo los payasos.

3 comentarios:

Constanza Marchant dijo...

Los payasos siempre dan miedo.
Y es que son tan felices que nadie se las cree.

Beso.

Anónimo dijo...

el desorden provoca una explicación, el por que del orden. De ese orden revolucionado que por la condición del estar, anda en bicicleta y prefiere salir de las sabanas para encontrarse en un mundo aparte, aquel mundo que sale del sueño para tranformarse en magia. La autenticidad parece un rompecabezas sin piezas que hablan y danzan como hojas en un desierto de flores, aclaro que todo nace del agua, la misma que brota y moja. Podemos seguir despiertos hasta que la muerte nos separe y rezar el evangelio hasta que algo se nos revele, no por mero azar estamos vivos y seguimos siendo juguetes y reimos de payasos.

hoy conoci una genia

Constanza Marchant dijo...

Que vuelvas,
que también te extrañamos.

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